¡Hola de nuevo perrunos!
El post de hoy va a ser algo polémico, y aunque no contaba con tener que tocar el tema en mi blog puesto que hay numerosos artículos que desbancan ya la teoría de la dominancia, me he dado cuenta que es muy necesario:
- Son varias personas las que en este último mes me preguntan sobre el «alfa roll» y la dominancia en los perros;
- La gente sigue aplicando los métodos erróneos con sus perros por malinterpretar este concepto;
- Y la mitad o más de mis contactos del Facebook son fans de César Millán.
¡Así que me he motivado! Es mi deber compartir esta información con vosotros y lo voy a intentar hacer lo más fácil y light posible 😉
¿Por qué al ser humano le seduce tanto la idea de dominar a su perro? ¿Por la necesidad de sentirse superior? (El hombre siempre ha sido clasista en la sociedad) ¿Por el deseo de control absoluto? ¿Poder?
En comportamiento animal ser «dominante» se refiere a establecer un rango/status mediante la fuerza y agresión para tener prioridad en el acceso a los recursos (comida, sexo opuesto, sitios de descanso, etc.) ¿Entonces por qué tantos adiestradores y propietarios siguen creyendo que usar estas técnicas basadas en la fuerza e intimidación para ser el «alfa» es la manera correcta de educar a sus perros?
Las personas han interpretado el concepto de la dominancia a su conveniencia, basándola en tener el poder, establecer un rango superior a otros y en ejercer el control a la fuerza; mal interpretando las relaciones caninas y jerarquías sociales, además de dictando cómo intentar manejar y adiestrar a los perros (incorrectamente).
A continuación os muestro algunas de las barbaridades que todos los educadores caninos solemos oír, lamentablemente no solo de la gente en general, sino de propietarios con el cerebro lavado por adiestradores de esta ideología anticuada. Ojalá a la mayoría estas frases os suenen tan ilógicas como a mí, pero si no simplemente que sepáis que son MITOS:
- Si pasa por la puerta antes que tú, te quiere dominar.
- Si se sube al sofá sin tu permiso, te quiere dominar.
- Si te da la pata, te está intentando dominar.
- No le des de comer hasta que hayas terminado, tú eres el alfa y tienes que comer primero.
- Si está echado en el medio, no lo esquives, hazlo levantarse.
- No le dejes dormir contigo en la cama o el sofá o se creerá el alfa.
- No le dejes tener la cabeza por encima de la tuya o te estará dominando.
- No limpies lo que ha hecho si te está mirando o verá que te estás sometiendo.
- Etc.
La ciencia nos ha demostrado varias veces ( ver referencias al final del post) que forzar la sumisión no representa para nada cómo los animales, incluyendo los perros, establecen sus relaciones entre ellos o con nosotros.
Para verlo vamos con un concepto totalmente obsoleto: el alfa. «Alpha» implica competir con otros o llegar al rango más alto ganando una lucha. No obstante, la mayoría de los lobos que lideran su manada han conseguido su posición/rango simplemente apareándose y produciendo cachorros, que finalmente llegan a constituir su manada («pack» en inglés). Es decir, son simplemente los reproductores o padres, y así es como se les llama actualmente, el «macho reproductor», la «hembra reproductora«, o la madre, hembra adulta, o padre, macho adulto, etc. Pero el término alfa está mal usado, como bien admite en este breve video David Mech, uno de los biólogos que más ha publicado sobre lobos y que fue uno de los creadores de dicha teoría.
Esta confusión se debe a que los estudios en los que se basan todos estos adiestradores que promueven la dominancia, como el famoso César Millán o Borja Capponi, fueron hechos con lobos en cautividad, lo que significa que las manadas estaban formadas por lobos de procedencias diversas, de manera que se rompe la estructura familiar y aparecen conflictos, pues no los pueden resolver de forma natural.
Los lobos en condiciones de libertad muestran muy pocas conductas agresivas hacia miembros de su propia manada. Es más, las posturas de sumisión nunca son forzadas por parte del animal más «dominante» sino que son adoptadas de forma natural y voluntaria. (Así que respaldo con ciencia el sentido común: nada de tirar al perro al suelo o forzar estas posiciones raras que se ven en programas famosos de la tele…)
En libertad, además, los animales que se relacionan repetidamente con fuerza bruta acaban siendo eliminados por selección natural. Ese tipo de comportamiento requiere demasiada energía para el animal y supone el riesgo de resultar herido, muerto o depredado durante la disputa.
Tiene sentido. La cooperación y la cohesión del grupo resultan mucho más importantes para la supervivencia de la manada que la agresividad y la confrontación.
Por tanto, la jerarquía se ha de tener en cuenta como familia, es una relación paterno-filial, no impuesta. Lo que demuestra que puede haber jerarquía sin haber agresividad o sin ser dominante. Es más, a menudo el mal llamado «alfa» es justamente el menos agresivo, ya que no tiene ninguna necesidad de serlo.
El error de toda esta confusión fue extrapolar la observación de manadas en cautividad al perro doméstico.
Ello ha llevado a pensar que tratar la dominancia es la clave para resolver casi todos los problemas de comportamiento ¡y nada más lejos de la realidad! Las técnicas que se utilizan para resolver los problemas de conducta relacionados con la dominancia implican castigo, intimidación y miedo. Justo lo contrario a lo que necesitan para superar el problema.
Además, intentar aplicar un mismo concepto a todo es cuanto menos absurdo. Creer que todos los perros son iguales es como decir que todas las personas también lo son. ¡Por eso mismo peligra nuestro sistema educativo! porque no aborda las maneras en que los niños aprenden, y algunos niños se desaniman y abandonan los estudios porque sus necesidades no son cubiertas.
Los perros no pueden abandonar el sistema, pero sí que se desaniman y se apagan. Los perros se deprimen (¿Hola? Esto se ve más de lo que os imagináis) son perros que están en lo que se conoce como indefensión aprendida, en otras palabras, perros que se han rendido.
La dominancia y el liderazgo son conceptos distintos. No tienes que dominar a tu perro para educarlo. Tienes que ser su guía, su base de referencia, darle seguridad, no quitársela. ¡Así es como se aprende mejor!
Difunde para que más personas tengan un buen vínculo con su perro.
¡Por una relación basada en el respeto y la confianza! 🙂
Hasta la próxima,
Belen
REFERENCIAS:
Outmoded notion of the alpha wolf by David Mech
Alpha Status, Dominance, and Division of Labor in Wolf Packs by David Mech
John W.S., Bradshaw , Emily J., Blackwell , Rachel A., Casey. Dominance in domestic dogs — useful construct or bad habit? Journal of Veterinary Behavior: Clinical Applications and Research, May/June 2009, Pages 135-144 [link]
De-Bunking the «Alpha Dog» Theory by Pat Miller
Down With Dominance by Patricia McConnell
Dominance in Domestic Dogs: A Quantitative Analysis of Its Behavioural Measures
Perspectives on domestication: the history of our relationship with man’s best friend
The Dominance Controversy by Sophia Yin
http://hubpages.com/animals/David-Mechs-Theory-on-the-Alpha-Role
Yin S. 2009. Dominance vs. unruly behavior. The APDT Chronicle of the Dog, Mar/Apr 2009, pp. 13-17.
MÁS LECTURAS:
El libro de Barry Eaton: Dominancia ¿realidad o ficción?: Hoy la familia, mañana el mundo
A Pack of Lies, un artículo de opinión en The New York Times.
Dog Training and the Myth of Alpha-Male Dominance
Qué puede llevar a un perro a morder a César Millán
César Millán ¿de héroe a villano?
Los expertos coinciden: las técnicas de César Millán desembocan en mordeduras.